Educación ambiental desde el corazón de la montaña: camino al Pico Duarte
Solo se ama y cuida lo que se conoce. En octubre, los pasantes de Dale Un Chance-APAP tomaron un receso laboral para recorrer una de las aventuras de sus vidas: la expedición de crecimiento personal y educación ambiental “Líderes del cambio – Mi meta es la cima”, el camino al Pico Duarte.
El viaje de campo, icónico del programa, es parte de las actividades de cierre de la pasantía, que entra en su fase final. Se realiza después de que el grupo define qué carrera estudiar, un proceso en el que les apoyaron especialistas de la empresa de asesoría educativa Didáctica RD y técnicos de Microsoft, que los capacitaron en las últimas versiones del paquete Office.
Este año los excursionistas siguieron la ruta Mata Grande-Manabao, durante cinco días, la más larga para llegar al pico, que les permitió retarse a sí mismos y conocer el corazón del parque nacional Armando Bermúdez.
La excursión trabaja temas de liderazgo de la mano de la Fundación Siempre Más, con el equipo de Karim Mella. Por segundo año consecutivo David Fernández, miembro de la Junta de Directores, recorrió la ruta junto a los pasantes.
A la luz de fogatas y rondas de socialización, los pasantes escenificaron y compartieron sobre valores promovidos por Duarte, antes de llegar al busto que corona la montaña más alta del Caribe: amor a la patria, compromiso, lealtad, constancia, responsabilidad y respeto. Mella, presidente de la fundación, exhortó a los excursionistas a no dejar de luchar por llegar a la cima. “En la montaña aprendemos lo pequeño que somos y lo grande que es el creador. No tengan miedo a soñar con lograr lo imposible”, dijo.
Experiencias “verdes”
La educación ambiental es un componente clave de los programa Dale Un Chance y El Lado Verde de APAP. Se aprende a través de experiencias que promueven el conocimiento y la valoración del medio ambiente y los recursos naturales.
Previo al recorrido por el pico Duarte, los pasantes visitaron el Patronato Benéfico Oriental (PBO) en La Romana, donde construyeron objetos con materiales desechados, luego de una charla impartida por el voluntariado de esa entidad.
En una jornada conocieron sobre el impacto de la acción humana en el planeta y los factores que contribuyen al cambio climático. A través de prácticas y manualidades, conocieron el mundo de las “tres erres” (3R’s: reducir, reusar y reciclar), que son la base de hábitos de consumo sostenible. Parte de objetivo de la visita fue enseñarles al grupo sobre la importancia y las oportunidades de clasificar debidamente los desperdicios.